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Las bacterias promotoras del crecimiento vegetal y hongos micorrícicos aumentan la disponibilidad de nutrientes en los cultivos
Pedro Aarón Cerda García
Doctor en ciencias
Asesor en bioestimulación
Uno de los beneficios de los bioestimulantes es contribuir a la mejor absorción de los nutrientes por los cultivos, nitrógeno, por ejemplo.
El uso de bioestimulantes microbiales (hongos micorrícicos y bacterias) no es nuevo en la agricultura. Lo que ha cambiado son las herramientas –por ejemplo, técnicas de biología molecular como la RT-PCR (técnica que permite amplificar y detectar secuencias de ácido ribonucleico–, que han revelado mecanismos de acción como la expresión de genes asociados al crecimiento vegetal y su utilidad práctica en la actividad agrícola.
El objetivo de este escrito es que el lector entienda cómo los bioestimulantes microbiales le pueden ayudar a eficientar los nutrientes aplicados en los cultivos.
¿Cuál es la utilidad de los bioestimulantes microbiales?
Los bioestimulantes microbiales activan procesos naturales al aplicarse en la rizósfera. Estos microorganismos aumentan la disponibilidad y eficiencia de los nutrientes, la tolerancia al estrés abiótico y biótico, e incrementan el rendimiento y la calidad de los cultivos (modificado de European Biostimulants Industry Council).
Específicamente en este artículo se describen las bacterias promotoras del crecimiento vegetal (BPCV) y hongos micorrícicos (ecto y endomicorrizas).
En el mercado existen productos formulados con una o más especies de microorganismos; cuando se tienen varias de ellas en un solo producto se refieren a consorcios que actúan conjuntamente.
El rol de las BPCV y los hongos micorrícicos en los cultivos
Los microorganismos asociados a la rizósfera, la zona del suelo cercana a las raíces, establecen una relación mutualista, es decir, cuando ambas especies obtienen beneficios, con las plantas.
Los microorganismos reciben carbohidratos –en forma de azúcares, aminoácidos, vitaminas (exudados de raíz)– y las plantas fitohormonas, que fijan nitrógeno, solubilizan fósforo, combaten el estrés biótico y abiótico, entre otros.
Las BPCV son un grupo heterogéneo de bacterias en la rizósfera, localizadas en la superficie de las raíces y en asociación con ellas. Su rol es estimular el crecimiento de las plantas a través de mecanismos como los siguientes:
- Solubilización de fosfato
- Producción de sideróforos (compuestos producidos por microorganismos que actúan como solubilizadores y de transporte de hierro hacia las plantas)
- Fijación biológica de nitrógeno
- Producción de 1-aminociclopropano-1-carboxilato desaminasa
- Formación de fitohormonas
- Actividad antifúngica
- Producción de compuestos orgánicos volátiles (sustancias que contienen carbono)
- Inducción de resistencia sistémica
- Promoción de simbiosis entre plantas y microbios beneficiosos
- Interferencia con la producción de toxinas patógenas de microorganismos colonizadores de raíces (Kloepper y Schroth, 1981).
Los usos de bacterias promotoras del crecimiento vegetal (BPCV) y sus mecanismos de acción para estimular el crecimiento vegetal (Mondal y Sarkar, 2019), enseguida se describen en biofertilizantes, promotores de crecimiento y bioplaguicidas.
El artículo completo está disponible en el volumen 52 de Agro Excelencia
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