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La película inhibe el crecimiento del patógeno por más de 21 días
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Estas funcionan como un protector solar para los frutos
Investigadores del Instituto Politécnico Nacional y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla proponen películas biodegradables de quitosano y aceite de tomillo como solución contra Fusarium solani, un patógeno que afecta a los aguacates Hass en México.
En el estudio, se evaluaron biopelículas de quitosano con tres concentraciones de aceite esencial de tomillo: 0.7 %, 1.0 % y 1.3 %.
La efectividad se probó en condiciones de campo, tratando aguacates Hass previamente infectados con Fusarium solani.
La biopelícula compuesta solo por quitosano careció de efectos en los patógenos; las películas con 1.0 y 1.3 % mostraron un retraso del crecimiento de Fusarium solani hasta por 21 días postratamiento.
Alternativa como protector solar y otros resultados
Adicional a su eficacia en el control de la enfermedad, las películas con concentraciones de 1.0 a 1.3 % de aceite esencial de tomillo actuaron como una barrera efectiva contra la radiación ultravioleta (UV, radiación emitida por el sol que ocasiona daños celulares), sugiriendo un potencial efecto protector contra los daños solares en los frutos.
Los tratamientos revelaron mejor firmeza de los frutos y la reducción de los síntomas de infección. Se conservó el contenido de fibra, grasa, azúcares reductores y proteínas, en comparación con los frutos no tratados.
Las películas biodegradables demostraron ser efectivas en la preservación de los nutracéuticos (sustancias con propiedades nutricionales y medicinales) presentes en el aguacate Hass. Ácidos grasos como el linoleico, oleico, palmítico y palmitoleico se mantuvieron estables durante un periodo de 21 días. Esto tiene implicaciones en la calidad nutricional de los aguacates Hass y su valor en el mercado.
El estudio fue realizado en la sierra nororiental de Puebla, México, y publicado en la Revista Mexicana de Fitopatología, un medio revisado por expertos (pares), bajo la responsabilidad editorial de la Sociedad Mexicana de Fitopatología.
Fuente: Revista Mexicana de Fitopatología
