Los residuos de cáscara de plátano (Musa paradisiaca) enriquecen el suelo y sustratos, y contribuyen al crecimiento del tomate.
Este material es rico en antioxidantes, fibra dietética, proteínas, aminoácidos esenciales, ácidos grasos poliinsaturados y potasio.
Estudian métodos de extracción
Una investigación realizada por la Universidad Tecnológica de Querétaro, México, evaluó el uso de cáscaras de plátano como bioestimulantes en cultivos de tomate.
El proceso incluyó la limpieza, secado, molienda y extracción de metabolitos mediante etanol, acetona y éter de petróleo. Luego, analizaron sus efectos en parámetros fisicoquímicos del suelo y variables de crecimiento de las plantas.
De los métodos de extracción de nutrientes y metabolitos de la cáscara de plátano, el que tuvo mejores resultados fue el del etanol. Este método presentó el mayor rendimiento en cantidad y variedad de metabolitos, mejorando los niveles de micro y macronutrientes del suelo.
Efectos en tomate
Las plantas de tomate con tratamiento de cáscara de plátano mostraron alturas entre 41.53 centímetros y 51.07 cm a los 15, 30 y 45 días.
En el suelo, el bioestimulante a base de cáscaras de plátano mejoró la cantidad de nitrógeno de 26 a 29 miligramos por kilogramo (mg/kg), fósforo de 22 a 59 mg/kg, y potasio de 1.03 a 7.35 miliequivalentes por litro.
El estudio concluye que las cáscaras de plátano aportan nutrientes esenciales y promueven condiciones adecuadas para el crecimiento de la planta. Sin embargo, su uso debe ser ajustado mediante aplicaciones graduales y mezclas mejoradas para evitar efectos adversos en el rendimiento del cultivo.
Fuente: Terra latinoamericana