Este artículo evalúa el impacto de agentes de biocontrol, como Bacillus thuringiensis, Beauveria bassiana, Metarhizium anisoplae, Purpureocillium lilacinum (antes Paecilomyces lilacinus), Bacillus popilliae y Trichoderma harzianum.
Estos agentes se emplean para combatir plagas y enfermedades en el cultivo de frambuesas como gusano soldado (Spodoptera exigua) y enfermedades como Botrytis cinerea, damping off o secadera (Fusarium sp., Phytophthora sp., Phytium sp.).
Se determinó la dosis para controlar efectivamente estas afecciones sin causar fitotoxicidad en las frambuesas.
Microorganismos para el biocontrol
Para reducir el uso de plaguicidas sintéticos, se han desarrollado nuevas estrategias de control biológico. Estas incluyen microorganismos como bacterias del género Bacillus y Pseudomonas, y hongos Trichoderma, utilizados para reducir patógenos de forma respetuosa con el medioambiente.
La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) tiene registrados 114 biocontroladores que ayudan a controlar enfermedades y plagas en diferentes cultivos.
Control de pudrición gris en frambuesa
En un experimento ubicado en Tala, Jalisco, México durante noviembre-diciembre de 2021, se evaluó la eficacia de Bacillus subtilis para controlar la pudrición gris en frambuesas mediante cinco tratamientos. Esta enfermedad es ocasionada por Botrytis cinerea.
Los primeros tres tratamientos consistieron en aplicaciones de Bacillus subtilis en concentración de 1×108 unidades formuladoras de colonias por kilogramo (UFC/kg) en formulación de polvo humectable, con dosis de 0.8, 1 y 1.2 kg/ha, respectivamente.
El cuarto tratamiento utilizó una suspensión concentrada con una mayor concentración de 1×1012 UFC/L, administrando 2 L/ha. Mientras que el quinto fue un testigo sin aplicación de agente.
La severidad de la pudrición se midió con una escala de seis grados, y la eficacia se calculó con la fórmula de Abbott, que mide cuánto disminuye la supervivencia del patógeno debido al tratamiento en comparación con un grupo que no lo recibió.
Además, se evaluó la fitotoxicidad mediante la escala del Sistema Europeo de Investigación de Malezas (EWRS, por sus siglas en inglés), que califica el daño visible en las plantas de 0 a 9.
Se realizaron muestreos de 2 bayas en 5 plantas al azar por parcela, completando 40 por tratamiento. Se realizó una preevaluación antes de la primera aplicación y cuatro evaluaciones a los 15, 30, 45 y 60 días después de la primera aplicación.
M. C. Maricela Martínez López
Centro de Investigación Agroalimentaria y Fitotecnología
Abiosa
El artículo completo está disponible en el volumen 61 de Agro Excelencia
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