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El control a nivel región del psílido asiático de los cítricos reduce la incidencia del HLB en 90 %
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Ponen a México como ejemplo en sistemas de monitoreo y gestión de resistencia de plaguicidas
La Organización Norteamericana de Protección de las Plantas (NAPPO) inició conversaciones y consultas con sus países miembros —México, Estados Unidos de América y Canadá— con el objetivo de abordar la implementación de técnicas de manejo del psílido asiático de los cítricos, vector del huanglongbing (HLB).
El huanglongbing, conocido como greening de los cítricos, es una enfermedad que carece de cura y compromete la calidad de los frutos y la vida del árbol. Esta enfermedad es causada principalmente por la bacteria Candidatus Liberibacter spp., cuyo vector es el psílido asiático de los cítricos (Diaphorina citri).
Control de grandes áreas
La estrategia principal para el manejo del HLB en campos de cítricos es mediante el control del psílido asiático en grandes áreas. Según datos compartidos por la NAPPO, la gestión regional del HLB y la eliminación de plantas enfermas y vectores resulta en lo siguiente:
- Retrasos en el inicio de la enfermedad en casi un año
- Reducción considerable en la incidencia del HLB (en un 90 %) y la tasa de crecimiento (en 75 %)
- Menos aplicaciones de plaguicidas para controlar el vector
- Reducción en los costos de gestión del HLB debido a aplicaciones de plaguicidas menos frecuentes y más efectivas.
La NAPPO aconseja que las autoridades fitosanitarias prioricen el establecimiento de programas de manejo en grandes áreas o regiones para el psílido asiático de los cítricos y el huanglongbing (HLB) donde las condiciones sean propicias para brotes de la enfermedad.
Para establecer dichas áreas de control, la Organización propone los siguientes criterios biológicos y epidemiológicos:
- Abundancia y susceptibilidad de hospederos
- Barreras geográficas y distancia entre fuentes de infección
- Carga de inóculo
- Factores climáticos
- Cantidad de sitios con detecciones positivas anteriores y actuales, y distancia entre fuentes de infección.
Estos criterios orientarán las decisiones con respecto al tamaño, forma y alcance del área de control, y la cantidad de productores participantes.
Monitoreo, clave de los programas
La NAPPO propone el uso de trampas verdes o amarillas para evaluar la efectividad de las medidas de control, determinar el momento óptimo para aplicaciones y determinar fuentes de infección.
Los datos de las trampas deben recopilarse semanal o quincenalmente y entregarse a un punto centralizado para su procesamiento.
La Organización norteamericana puso de ejemplo a México con su programa Sistema de Monitoreo de Diaphorina (Simdia).
En México, el monitoreo directo de huertos ocurre quincenalmente en cuatro brotes jóvenes por árbol, cada uno ubicado en un punto cardinal diferente a la altura del inspector.
Cuantifican el número de ninfas y adultos del psílido, y determinan el tamaño del brote infestado. Los datos son útiles para comprender las fluctuaciones de las poblaciones de D. citri, que causan infecciones primarias en los huertos, y para determinar el momento adecuado para las acciones de control y mitigar el riesgo de propagación a áreas donde la enfermedad está ausente.
Aplicaciones regionales
Para las aplicaciones regionales o en sitios de brotes individuales localizados a través del monitoreo, es necesario dar prioridad a los insecticidas registrados por la autoridad competente de su país para uso específico contra el psílido asiático de los cítricos y la producción de cítricos.
La NAPPO pone nuevamente a México como un ejemplo de esto, pues enfatiza la rotación de clases de plaguicidas para gestionar la resistencia de los insectos y mitigar la aparición de plagas secundarias, como la mosca negra de los cítricos (Aleurocanthus woglumi).
La estrategia idónea para el control del HLB que propone la Organización internacional es el refuerzo de áreas de manejo regional. Ahí, Los productores pueden organizarse eficientemente para las aplicaciones de insecticidas.
Por ello, la NAPPO propone que se establezca un coordinador en cada área de manejo. Esta persona será responsable de comunicarse con los productores para establecer el momento oportuno para aplicar las medidas de control, considerando los umbrales de población del psílido como el factor crítico.
Con lo anterior, se insta a los productores en una zona determinada a pulverizar sus huertos dentro de un periodo de dos semanas.
La NAPPO destaca la necesidad de la colaboración continua entre los países miembros para implementar medidas efectivas y salvaguardar la salud de los cítricos en la región.