- Con láminas de riego de 60 a 140 mm alcanzan mayores rendimientos
- Utilizan una combinación de biofertilizantes y estiércol
Un grupo de científicos de la Academia China de las Ciencias encontraron un método para producir maíz en condiciones semiáridas, con el fin de combatir la escasez de agua y degradación de suelo.
Condiciones de déficit hídrico
En un experimento de campo de dos años en la Estación de Investigación de Desertificación de Naiman, en China, se aplicaron tres niveles de fertirriego convencional: 220 milímetros (mm), y reducido: 140 mm y 60 mm.
Usaron cinco tipos de fertilización: sin fertilizante, fertilizante químico (urea, superfosfato, cloruro de potasio), biofertilizante (Bacillus subtilis, B. amyloliquefaciens) con fertilizante químico, fertilizante orgánico (estiércol de oveja) con 70 % de fertilizante químico y biofertilizante con fertilizante orgánico.
El estudio abordó aspectos como materia seca, absorción y removilización de nitrógeno, rendimiento de grano, productividad del agua del cultivo, eficiencia en el empleo del nitrógeno y beneficios económicos del maíz durante 2021 y 2022.
Los resultados revelaron que los niveles de riego de 140 y 60 mm impactaron negativamente en el índice de área foliar, la tasa fotosintética, la acumulación de materia seca y la evapotranspiración real del cultivo.
Fertilización precisa con poca agua
En condiciones de 220 mm, la combinación de biofertilizante combinado con fertilizante químico mejoró el rendimiento, con incrementos del 8.1 y 7.4 % respecto a al fertilizante químico por sí solo en 2021 y 2022.
En situaciones de déficit hídrico (140 y 60 mm), el biofertilizante con fertilizante orgánico incrementó la tasa fotosintética y la acumulación de materia seca en etapas posteriores de crecimiento.
Además, aumentó la absorción de nitrógeno posfloración y el porcentaje en el contenido total de nitrógeno, mejorando el rendimiento del grano.
Bajo el riego con 140 mm, se observó un mejor rendimiento del 23.8 % en 2021 y del 22.8 % en 2022; con 60 mm, los incrementos fueron del 22.5 % y 25.7% respectivamente, en comparación con fertilización química.
Se destacó la influencia conjunta del riego y la fertilización en el rendimiento de grano, la productividad del agua del cultivo, la eficiencia agronómica y la eficiencia en el uso del nitrógeno.
Encuentran combinación ideal
El equipo de especialistas encontró que Bacillus subtilis y B. amyloliquefaciens combinado con estiércol bajo déficit moderado (140 mm) logró la mayor productividad del agua, eficiencia en el uso del nitrógeno y beneficios económicos, manteniendo un alto rendimiento, con 12 553.2 kilogramos por hectárea (kg/ha).
Lo anterior, comparado con el tratamiento con mayor agua (220 mm) y fertilización química con biofertilizantes: 13 325.6 kg/ha.
La aplicación integrada de tratamientos de fertilización química, orgánica y de biofertilizantes con una cantidad de riego de 140 mm es un enfoque de manejo agrícola sostenible para lograr un rendimiento óptimo, beneficios ecológicos y económicos en la producción local de maíz.
Fuente: Agricultural Water Management