El Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) y el Programa Nacional Orgánico (NOP, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos de América desde el 2014 han realizado una serie de acciones a fin de firmar la equivalencia de la certificación de alimentos orgánicos por ambos países.
⠀⠀⠀Lo anterior fue informado por Erandi Valdovinos Romero, Jefe de Departamento de Regulación Internacional de Productos Orgánicos del SENASICA. Agregó que: “Estas acciones han incluido el análisis comparativo de ambas regulaciones en el que se han detectado las similitudes y diferencias de cada regulación”. Una vez hecho esto, precisó, equipos conformados por personal oficial de cada institución han realizado visitas de evaluación, con el propósito de observar y valorar la implementación de la regulación por parte de los productores, así como el control ejercido por los organismos certificadores hacia estos, entre otros aspectos.
Pero, ¿para qué sirve la equivalencia?
En México, el maestro en ciencias en Agricultura Orgánica por la universidad holandesa de Wageningen, comentó que solo se pueden comercializar productos obtenidos y certificados de acuerdo con la Ley de Productos Orgánicos, y que este principio aplica para el resto de socios comerciales de nuestro país.
⠀⠀⠀La equivalencia es el reconocimiento por México de que los estatutos regulatorios y sistemas de control para la producción orgánica de otro país brindan las mismas garantías y confianza que los nacionales, y viceversa.
⠀⠀⠀Por lo tanto, advirtió Valdovinos Romero, una vez que se cuente con la equivalencia, los productos obtenidos, certificados y vigilados bajo la regulación mexicana, podrán venderse como orgánicos en el país con el que se tenga la equivalencia, sin necesidad de certificarse bajo la regulación de ese país, y viceversa.
⠀⠀⠀Y, por último, el también coordinador de las negociaciones para la firma de equivalencias en materia de productos orgánicos con Canadá, Estados Unidos, Japón y la Unión Europea, recordó que al decrecer los costos de certificación, pueden ser un incentivo para que más productores se sumen al sector orgánico, repercutiendo en una mayor disponibilidad y a menor precio de productos orgánicos mexicanos para los consumidores nacionales y extranjeros.
