Por motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia (11 de febrero) y en el marco del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, desde Agro Excelencia conmemoramos y reconocemos la valiosa contribución de las mujeres en campos históricamente dominados por hombres.
Conversamos con la profesora-investigadora emérita Raquel Alatorre Rosas, experta del Colegio de Postgraduados en entomopatógenos, quien comparte su experiencia y reflexiones sobre los avances y desafíos que enfrentan las mujeres en la agronomía.
¿Hay avances en los lugares que ha venido ocupando la mujer en el mundo que históricamente ha sido predominantemente masculino como es la agronomía?
Realmente es sorprendente ver cómo la mujer ha ido ocupando ciertos espacios. En las clases en el Colegio de Postgraduados, hay competencia entre estudiantes hombres y mujeres, y a veces es más la cantidad de mujeres que se preparan que el hombre.
Hoy la mujer está ocupando espacios que antes habían sido negados, en diferentes ciencias, no solo la agrícola; en áreas como la investigación o desarrollo tecnológico, la mujer está buscando nuevas oportunidades y hay un compromiso de hacer las cosas mejor cada vez.
¿En la actualidad aún existen desafíos palpables solo por ser mujer a la hora de ingresar al mundo de la agronomía?
Sí, principalmente si vamos al campo. Ahí es un reto, porque no tenemos las mismas fortalezas que el hombre. Por ejemplo, estar en constante movimiento por el país, ir de un sitio a otro, facilidad para relacionarse con otros hombres…
Una de las limitantes que pudiéramos tener como mujer es la familia. Esta obliga a muchas colegas a enfocarse más en labores domésticas o la crianza y también debe haber una atención hacia ellos; para la mujer muchas veces no solamente es el trabajo.
El hombre también participa. Últimamente ya se está compartiendo ese nicho de obligación, como labores domésticas y la crianza de los hijos, ya también el hombre está realizando otras labores que anteriormente eran vedadas para ellos.
La mujer ha logrado superar muchos de los obstáculos que se han presentado, y esto nos ha permitido seguir adelante.
¿El adentrarse a la agronomía involucra sacrificios más fuertes para la mujer que para un hombre?
Considero que sí, porque la mujer, hoy todavía, carece de plena libertad de realizar todas las actividades. Hay algunas que sí lo han logrado, tengo estudiantes que ya han trabajado en la industria y han logrado realmente capitalizar el área de trabajo en el campo, en el laboratorio, el tener una capacidad de mando también, y eso es bastante favorable.
Pero en otros casos no sé si nosotros mismas nos limitemos, al tener que dividirnos entre la actividad en casa y el trabajo, y a veces es olvidarnos un poquito de nosotras.
¿Qué se necesita en el agro para igualar terrenos entre hombre y mujer y alcanzar una paridad?
Es necesario ponernos a trabajar juntos, mujeres y hombres. Sería buena forma para ver la competencia que tenemos, la dedicación de ambos.
Una fémina al tener limitantes, lo tratará de suplir con cosas mejor hechas. Por ello, es muy necesario que nuestro género cuente con un desarrollo que pueda favorecer a la industria o a la actividad diaria en el agro.
Usted ingresó a la agronomía cuando era aún más infrecuente la presencia femenina en los campos, ¿cuáles fueron las dificultades que experimentó al adentrarse en este mundo?
Realmente tuve oportunidades, como la buena fortuna de contar con excelentes maestros. Al adentrarme en el control microbiano de plagas, había un biólogo que me permitió entender que tenía ciertas limitantes en los trabajos de campo y en conocimientos. Pero colaboré con él y fui aprendiendo sobre el campo, las plagas y cómo regularlas.
Esto es importante, la colaboración entre ambos géneros para sortear los obstáculos. No obstante, tuve colaboradores que trataban de ponerme el pie solo por ser mujer. Pero no me desmotivé, y me esforcé para ser mejor; les demostré que tenía la capacidad y el conocimiento. Entonces, estas personas que una vez trataron de hacerme tropezar comenzaron a reconocerme.
En situaciones así, es indispensable mostrar liderazgo, para que te reconozcan y puedas ganar valiosos aliados.
El control microbiano abarca muchos organismos, cada cual con su respectiva estrategia, entonces fui aprendiendo y ahora me reconocen por mis conocimientos. La formación es continua y siempre hay adversidades. Como mujeres no nos podemos quedar atrás, debemos progresar y avanzar.
¿Qué les diría a las mujeres que quisieran ingresar hoy al mundo de la agronomía?
Tienen que estar preparadas. Si realmente tienen interés en la agronomía, luchen por lo que quieren y empiecen a indagar sobre los temas que les interesan.
Hoy la cantidad de empleos disponibles es mínima, entonces la competencia es alta, y el que demuestra más se quedará con el puesto.
Una de las recomendaciones es que labren su propio camino. Por ejemplo, en lo referente al control microbiano, pueden desarrollar algún producto o estrategia de aplicación, y crearse su propio lugar. Esto es lo que se tendría que estar buscando ahora.
Redacción