José González Gómez
Ingeniero agrónomo. Consultor independiente
- Qué hacer en la primera visita al área de seguimiento
- Una alta conductividad eléctrica incrementa la calidad de los frutos y firmeza
La producción de hortalizas implica ser cuidadoso en el seguimiento de todos los procesos, y en el que se requiere contar con las herramientas necesarias para tener un dictamen correcto.
El objetivo es conocer los factores omitidos que inciden en los resultados: las condiciones del sistema de riego y su manejo, los instrumentos de medición: tensiómetros, chupatubos, etcétera. Solo se puede corregir lo que se mide.
El seguimiento nutricional se divide en tres grandes aéreas: el agua, con su composición fisicoquímica; el suelo, parte esencial donde se desarrollan los intercambios de iones y cationes; y la planta, la parte más activa.
Cuidar el manejo del agua
- Qué hacer en la primera visita al área de seguimiento
Al momento de llegar al área de estudio, lo primero es identificar el cultivo: variedad (resistencia a enfermedades, fenotipo), fecha de siembra y trasplante.
Otro aspecto es el análisis del agua usada en el riego. Verificar su fiabilidad en dos puntos diferentes. En la suma de aniones y cationes no debe de existir una diferencia mayor del 5%. La suma de aniones o cationes, dividida entra 10, indicará la conductividad eléctrica (CE).
Es recomendable evaluar rápidamente la situación del sistema de riego, aunque se tengan los datos técnicos. No se debe confiar en la información: puede ser un sistema con varios años en funcionamiento y pueda presentar problemas de taponamiento o desgaste de los componentes.
La técnica de evaluación inicia con determinar los puntos de muestreo (Figura 1), y obtener la muestra con el aforo de goteros (Figura 2). Con esto se obtendrá el coeficiente de uniformidad (Cu) y la eficiencia del sistema (Es).
Análisis de fertilidad del suelo, básico
Conocer las condiciones del suelo es un paso en la nutrición de la planta. El suelo cuenta con la siguiente distribución de elementos: 45% es material orgánico, 25% agua, 25% aire y 5% material orgánico.
El artículo completo está disponible en el número 10, páginas 17-19, de su revista Agroexcelencia.
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