Manuel Aragón Coronado
Maestro en ciencias. Laboratorio Asagri SC. Consultor
En el noroeste de México, el fósforo (P) es uno de los nutrimentos aplicados en mayores dosis en el cultivo de papa, como también ocurre con el nitrógeno y potasio. Sin embargo, a diferencia de estos, no se halla entre los más extractados por la planta. Su cantidad absorbida, con relación a la dosis aplicada, es de las más bajas: de 10 a 15%.
La papa es un cultivo de raíz superficial, presenta una baja relación raíz-follaje. El 70% de su raíz crece en los primeros 20 cm de profundidad del suelo. La superficie de exploración de nutrimentos es baja, pero su producción de biomasa es muy alta en un lapso de tiempo corto. Esto influye mucho para que las dosis requeridas de fósforo sean mayores. En gran parte, esta situación es debida a su escasa disponibilidad en la fase soluble del suelo, a su baja difusión en los suelos (10-12 a 10-15 cm2) y a un alto valor de pH, generalmente desfavorable a la solubilidad del fósforo (Havlin et ál., 1999; citado por Covarrubias et ál., 2005). No obstante, existen mecanismos de absorción activa en la planta: la concentración de fósforo es 100 veces mayor en el xilema y 1000 en la vacuola que en la solución del suelo (Raghothama, 1999; citado por Covarrubias et ál., 2005).
Eficiencia del fósforo en relación a la textura del suelo y al cultivo
Rodríguez, citado por Salgado y Núñez (2010), afirma que, por cada parte por millón (ppm) de P Olsen en el suelo, los cereales pueden extraer 1.7 kg de fósforo; las leguminosas, 1.3; mientras que los tubérculos y bulbos, solo 1.0 kg.
Este mismo autor indica que la eficiencia relativa del fósforo, de acuerdo con el grupo textural del suelo y grupo de cultivo, es el siguiente orden: suelo arenoso>franco>arcilloso; y para plantas: cereales>leguminosas y oleaginosas>tubérculos y bulbos (Cuadro 1).
El artículo completo está disponible en el número 9, páginas 21-24, de su revista Agroexcelencia.
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