Estudio cuestiona la efectividad de los microorganismos aplicados al suelo
- Advierten que no hay evidencia concluyente de que organismos benéficos como los hongos micorrícicos arbusculares mejoren la productividad
A pesar de ser una práctica muy frecuente desde hace años, el aplicar microorganismos benéficos o biofertilizantes al suelo podría traer consecuencias ambientales, de acuerdo con Miranda Hart, profesora de la Universidad de Columbia Británica, en Canadá.
La profesora afirma que es una práctica común que los agricultores usen los fertilizantes biológicos como un método para mejorar la producción de cultivos. Estos microorganismos agregados se supone que vivirán en la rizósfera, creando un ambiente de crecimiento natural y saludable.
Sin embargo, después de un estudio de varios años en cuatro campos con cultivos diferentes, Hart dice que los microorganismos inoculantes pueden no estar haciendo mucho por el suelo.
El estudio, en el que participaron investigadores de Agriculture and Agri-Food Canada (AAFC), se publicó recientemente en Science of The Total Environment, una revista científica internacional bajo el esquema de revisión por pares que cubre la ciencia ambiental.
Sin evidencia concluyente
“Hay tantas compañías que producen microorganismos y están presionando a los agricultores para que sean parte de una revolución verde. Estos productos se consideran más respetuosos con el medioambiente que los fertilizantes y plaguicidas, pero no hay evidencia de que estén funcionando o que incluso puedan establecerse o crecer en el suelo”, añade.
Hart explica que muchos productores agrícolas usan hongos micorrícicos arbusculares producidos comercialmente para mejorar la calidad del suelo y aumentar los rendimientos; sin embargo, después del estudio, ella dice que todavía hay poca evidencia de que los inoculantes funcionen.
“Es muy difícil determinar si los microorganismos se establecieron en el suelo. Lo que demostramos es que a menudo no se establecieron. E incluso cuando lo hicieron, no hubo diferencias en el rendimiento de los cultivos”, explica.
El estudio
El equipo de investigación de Hart estudió cuatro campos durante el transcurso de dos temporadas de crecimiento en Saskatchewan y Alberta, Canadá. Para su estudio, se introdujo en los campos un inoculante de hongos micorrícicos arbusculares comercial.
Los resultados mostraron una variación extrema, dice ella. Hubo áreas donde el inoculante no se estableció en algunos campos, mientras que en otros creció de manera prolífica. En un sitio se volvió invasivo y se hizo cargo de la comunidad de hongos residente en menos de un año.
“Una conclusión importante de este estudio es que no parece haber ningún efecto en los cultivos”, advierte Hart.
Revela una falta de conocimiento sobre microorganismos
La segunda revelación de Hart es la falta general de conocimiento de lo que estos inoculados realmente están haciendo en la tierra.
“Estoy particularmente preocupada porque no hay evidencia de que estos inoculados estén ayudando al medioambiente. Lo que estamos haciendo es liberar especies invasoras en el medio y no sabemos el efecto a largo plazo de lo que está sucediendo en el suelo”, advierte.
Fuente: Science of The Total Environment
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