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Óptima nutrición para tener plántulas de calidad

  • El uso excesivo de agua y fertilizantes produce plantas grandes y suaves que son susceptibles a ataques de enfermedades e insectos

  • El potasio puede incrementar el diámetro del tallo y la altura de planta, sin disminuir el peso seco de la raíz

Marino Valenzuela López
Doctor en ciencias
Universidad Autónoma de Sinaloa

El objetivo de una buena nutrición es obtener plántulas compactas, vigorosas, con tallo leñoso y excelente sistema radicular. Esto se logra con un buen manejo y conocimiento adecuado del funcionamiento de los fertilizantes.

Las plantas para completar su metabolismo necesitan una serie de elementos químicos esenciales que deben ser aportados en la cantidad y proporción adecuadas y en estado asimilable.

El uso apropiado del riego y fertilización en conjunto produce plántulas saludables y bien formadas que se restablecen rápidamente después del trasplante.

El uso excesivo de agua y fertilizantes produce plantas grandes y suaves que son susceptibles a ataques de enfermedades e insectos (Schrader, 2007).

Una correcta dosificación de nutrientes, clave en la fertilización temprana

Figueroa (2003) cita que no existe receta precisa para la fertilización de plántulas, pues estará en función de las características del sustrato, calidad del agua de riego, tipo de cultivo, condiciones climáticas y manejo de cada agricultor.

El inicio de la aplicación del programa de nutrición se podrá realizar después de la aparición de la primera hoja verdadera y continuarse con aplicaciones semanales (FAO, 2004).

El agua de riego con la solución de fertilizante debe de tener un pH (potencial de hidrógeno, medida de acidez o alcalinidad en una disolución) de 6.5 a 7.0 y conductividad eléctrica de 2.0 decisiemens por metro (dS m-1).

La nutrición apropiada a partir de la siembra contribuye al desarrollo de plántulas vigorosas y es uno de los factores más relevantes en la producción de plántulas, en donde el nitrógeno (N) y el potasio (K) son los nutrimentos requeridos en mayor cantidad y especialmente en las etapas tempranas de crecimiento.

Preciado et al. (2005) mencionan que el nitrógeno es el elemento que mayor impacto tiene sobre el crecimiento de la plántula en condiciones de invernadero. Sin embargo, en un programa nutrimental para esta etapa fenológica deben evitarse dosis excesivamente altas del nutriente, ya que, aunque favorecen un mayor peso seco, disminuyen el de la raíz e incrementan el estrés de las plántulas, al trasplantarse al campo.

En cambio, dosis relativamente altas de potasio incrementan el diámetro del tallo y la altura de planta, sin disminuir el peso seco de la raíz.

Pasos para iniciar el proceso de fertirrigación

La fertilización generalmente inicia cuando se tiene arriba del 90 % de emergencia de la semilla, cuando empieza la aparición de las primeras hojas verdaderas:

  1. Se aplica fósforo, potasio y calcio desde el inicio.
  2. Magnesio y micronutrientes una semana después.
  3. Se coloca enraizador en dos y hasta en tres ocasiones.
  4. El nitrógeno se dosifica muy bajo y se incrementa en la última semana.

Las dosis se especifican en gramos o mililitros por litro de agua aplicada, que estarán en función de la edad de la plántula, clima, sustrato, sobre todo cuidando evitar alargamiento de las plántulas.

El artículo completo puede encontrarlo en el volumen 43 de revista Agro Excelencia
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