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El tratamiento de semillas con Bacillus, Trichoderma y micorrizas previene enfermedades en la etapa de plántula
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Los cultivos de cobertura proporcionan nutrientes, facilitan el desarrollo de insectos benéficos y regulan fitopatógenos
Adrián Angulo Bojórquez
Ingeniero agrónomo
Asesor independiente
En este artículo son detallados cómo controlar plagas y enfermedades en hortalizas mediante hongos entomopatógenos, depredadores, parasitoides, antagonistas y cultivos de cobertura.
La alta densidad de cultivos en las hortalizas, el empleo excesivo de nutrientes para un máximo nivel productivo y el mal uso del agua de riego facilitan el establecimiento y diseminación de plagas y enfermedades.
Otro factor de vulnerabilidad a las enfermedades es el uso de variedades altamente productivas con poca tolerancia o resistencia.
Manejo de plántulas
Para prevenir enfermedades desde la plántula, es recomendable tratar las semillas con Bacillus subtilis, Trichoderma harzianum y micorrizas. Después, asperjar con una solución y bajar con un riego.
Las aplicaciones de fertilizantes deben ocurrir desde que la planta presenta la primera hoja verdadera bien formada. Estas son a base de derivados de fermentos de vegetales y animales, productos biológicos y minerales naturales.
Las aplicaciones a las plántulas para el control de insectos y enfermedades deben realizarse cada dos días con dosis bajas de productos naturales o derivados de microorganismos benéficos. La colocación de trampas dentro del semillero es útil para monitorear y capturar insectos.
Una adecuada temperatura es necesaria para que la planta mantenga su potencial genético. Este factor es comúnmente ignorado en los planes de manejo.
Manejo del cultivo en campo: aplicación de composta
La composta debe aplicarse 90 días antes del planteo. La dosis dependerá del cultivo a establecer y de los nutrientes y microorganismos que tenga el suelo. Es necesario un análisis del suelo para conocer la cantidad de nutrientes y la diversidad biológica en el área a plantar.
La dosis de composta es de 4 toneladas para tomate, pepino, calabaza. Mientras que, para berenjena y chiles, hasta 10 toneladas.
Solarización y cintillas de riego
La solarización contrarresta los insectos del suelo y las enfermedades cuando la temperatura sube de los 50 grados centígrados por al menos tres días y la humedad del suelo esté arriba del 60 %.
Temperaturas muy altas distorsionan los goteros de la cintilla cuando es colocada y se solariza: es conveniente esto último después de colocar la cintilla.
Los goteros dispuestos entre 20 y 30 centímetros requieren más agua para cerrar el bulbo. Cuando estos se cierran, la humedad del suelo será del doble. Con goteros dispuestos a 10 centímetros hay mayor control de la humedad según se requiera. Esto permite el ahorro del preciado líquido y contrarresta condiciones óptimas para fitopatógenos.