El consumo de arándanos ha crecido en los últimos años gracias a su excelente sabor y sus propiedades antioxidantes que favorecen el bienestar y la salud de los consumidores. En respuesta a esta creciente demanda, investigadores han evaluado bioestimulantes, para mejorar el rendimiento del cultivo de arándanos.
Un estudio por expertos de la Universidad de Trás-os-Montes e Alto Douro, en Vila Real, Portugal, se centró en la aplicación foliar en precosecha de dos dosis de un bioestimulante basado en la macroalga Ecklonia maxima, dos dosis de glicina-betaína y dos dosis de la combinación de ambos bioestimulantes en arándano, cultivares Draper y Duke. La investigación ocurrió durante 2022 y 2023.
Resultados
La aplicación de 4 L/ha de Ecklonia maxima incrementó la producción de los arándanos Draper, mientras que la misma dosis combinada con 4 kg/ha de glicina-betaína aumentó el rendimiento en el cultivar Duke.
Los arándanos tratados con ambas dosis del alga marina y la glicina-betaína mostraron ser más pesados y de mayor tamaño. En particular, los frutos del cultivar Duke presentaron mayor firmeza, menor concentración de ácidos orgánicos y una dulzura sensorial más alta, lo que los hace más atractivos para el consumidor.
Los bioestimulantes no solo mejoraron la calidad de los frutos, sino que también contribuyeron a una mayor producción. Se observó un aumento de 78 % en el rendimiento de Draper y de 84 % en Duke al aplicar las combinaciones de bioestimulantes.
Opción viable
El estudio sugiere que factores como las condiciones climáticas y el tipo de cultivar pueden influir en la eficacia del tratamiento, por lo que se recomienda realizar más investigaciones en diferentes condiciones ambientales y con otros cultivares.
Estos hallazgos ofrecen una alternativa viable para el cultivo de arándanos, destacando el potencial de los bioestimulantes para mejorar tanto el rendimiento como la calidad del fruto.
Fuente: Horticulturae
