Este artículo propone una estrategia de manejo de la resistencia que pretende ser de utilidad en las zonas agrícolas del mundo que usan insecticidas convencionales. Esta propuesta está dirigida a los productores que desean evitar que el combate químico convencional de las plagas sea una fábrica de insectos resistentes. Se trata del esquema rotacional con refugio para manejar la resistencia a insecticidas en hortalizas.
El esquema rotacional con refugio
Este esquema rotacional implica que en vez de hacer aplicaciones con un solo producto, en cada fecha de aplicación se usen dos insecticidas: un convencional y otro natural de baja propensión a resistencia. Ambos con una eficacia biológica satisfactoria.
El refugio es una zona de la parcela que tiene cero contribución al desarrollo de resistencia a insecticidas convencionales. En consecuencia, proporciona individuos susceptibles que se esperan copulen con los posibles resistentes que emergen de la zona tratada con el insecticida convencional.
El refugio debe tratarse con plaguicidas naturales autorizados y que tengan una efectividad biológica satisfactoria. No todos los productos naturales pueden ser candidatos a emplearse en el refugio. Por ejemplo, las piretrinas son insecticidas naturales que comparten mecanismos de resistencia con los piretroides (ATSDR, 2003). Por lo tanto, no deberían usarse en el refugio, a menos que se encuentren en mezcla como otros insecticidas naturales como el aceite de nim.
Además, si el insecticida natural es de elevada propensión a resistencia, debe rotarse siguiendo los criterios de un plaguicida convencional; tal es el caso de spinosad y abamectina.
La idea es que el insecticida natural abata la densidad de población de la plaga presente en el refugio y que no contribuya al desarrollo de resistencia a los insecticidas convencionales. Por ejemplo, el uso apropiado del aceite de nim elimina a los individuos resistentes a insecticidas convencionales y mantiene la susceptibilidad tanto al aceite de nim como a insecticidas convencionales.
Tamaño del refugio
Se proponen dos tamaños de refugio: 30 % y 50 %. Para el caso de 30 %, de cada hectárea, 3000 metros cuadrados se tratarán con el plaguicida natural y 7000 metros cuadrados con el insecticida convencional.
Se espera que los supervivientes a la aplicación de ambos tipos de insecticidas copulen y reduzcan significativamente la resistencia al producto convencional. Para que esto suceda debe existir sincronía entre la emergencia de adultos de ambas áreas. Esta sincronía se logra sembrando de manera simultánea toda la parcela con el mismo cultivar y dándole el mismo manejo agronómico. Dichas condiciones se cumplen sin problemas en la agricultura convencional.
Contra la plaga objeto de combate, el productor podría utilizar el mismo insecticida natural o cambiar en cada aplicación con base en la disponibilidad, precio, eficacia biológica o preferencia. Sin embargo, el insecticida convencional debe usarse en apego a los lineamientos de un esquema rotacional. Es decir, no deben hacerse más de dos aplicaciones seguidas con el mismo modo de acción.
Con la finalidad de estar atento a los cambios en eficacia biológica, es necesario que el agricultor evalúe el porcentaje de control de todas las aplicaciones. En el momento en que el insecticida convencional no logre el mínimo porcentaje de eficacia biológica satisfactoria (igual o superior a 85 %), ese producto deberá dejar de aplicarse al menos por una temporada de cultivo.
Dr. J. Concepción Rodríguez Maciel y colaboradores
Colegio de Postgraduados
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