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Reducen 50 % uso de fertilizantes con Bacillus, Azospirillum y lixiviados orgánicos

  • Sugieren dosis de 400 L/ha de lixiviados orgánicos e inoculación de Bacillus y Azospirillum en maíz

  • Reportan resultados similares que cultivos fertilizados con nitrógeno y fósforo convencional

Una alternativa para el manejo tradicional de la nutrición del maíz y otros cultivos es la biofertilización. Estos productos de origen biológico tienen actividad plaguicida, fertilizante o inductora de la defensa vegetal.

Especialistas del Campo Experimental Río Bravo (Tamaulipas, México) del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap), sugieren el uso de Bacillus y Azospirillum aplicados a la semilla para mejorar la nutrición en maíz.

Promueven el uso de lixiviados orgánicos, aplicados al momento de la siembra sobre la semilla y como fertilización líquida en el segundo deshierbe. Este último es un complemento al uso de abonos orgánicos sólidos como la gallinaza.

Los lixiviados orgánicos están formados a partir del composteo de residuos de cosecha, gallinaza, harina de rocas y otros complementos.

Resultados de la inoculación

La inoculación de la semilla con Bacillus y Azospirillum, más la aplicación de lixiviados orgánicos, en combinación con la fertilización orgánica sólida (gallinaza, 1.5 t/ha), proporciona similar nutrición del maíz que la obtenida con la fertilización química tradicional (140 nitrógeno-40 fósforo-00 potasio).

En evaluación de la nutrición, las parcelas tratadas con microorganismos y fertilizadas con 400 L/ha de lixiviados orgánicos, arrojó mayor índice de nutrición y mejor verdor que el tratamiento testigo y similar índice de nutrición que el tratamiento con la fertilización química tradicional (140 nitrógeno-40 fósforo-00 potasio).

El biofertilizante compuesto por el consorcio de bacterias benéficas contribuye al aumento de la productividad de los cultivos a través de la producción de hormonas que favorecen el desarrollo vegetal, la solubilización de nutrimentos y el incremento del volumen de raíz.

A esto se añade el factor de protección contra enfermedades radiculares, foliares y del fruto, causadas por microorganismos patógenos, como Fusarium, Phytium, Rhizoctonia, Phytophthora, entre otros.

Los estudios realizados en el Campo Experimental Río Bravo, por el investigador Martín Espinosa Ramírez, concluyen que la biofertilización y el uso de lixiviados y abonos orgánicos reducen hasta 50 % la fertilización química y obtiene similar rendimiento que con la fertilización química tradicional.

Fuente: Inifap