El plan hídrico nacional de la virtual presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum Pardo, se estructura en tres ejes fundamentales. Estos son la modernización de las instituciones, la implementación de tecnologías avanzadas para la distribución del agua y la ejecución de obras hidráulicas estratégicas.
Como primer paso, Sheinbaum enfatiza la necesidad de evolucionar las instituciones encargadas de la gestión hídrica en México. El propósito es enfrentar mejor la sequía. En particular, destaca la necesidad de fortalecer la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para que cumpla eficazmente su misión.
Según su plan, ninguna fuente de agua debe ser sobreexplotada de manera sostenida y se debe integrar a la sociedad en la toma de decisiones relacionadas con las condiciones hidráulicas del país.
Tecnologías de medición y tecnificación del riego
Sheinbaum además propone incorporar tecnologías avanzadas para medir los volúmenes de agua utilizados por cada concesión agrícola. El agro consume 76 % del agua disponible, mientras que la población en general utiliza 15 %.
La presidenta electa menciona que promoverá la tecnificación del riego. Esta puede hacer más eficiente la utilización del agua y ayudar a los agricultores a cultivar productos de mayor valor económico, con uso más racional del agua.
Regulación del agua y control del acaparamiento
El plan también aborda el acaparamiento del agua por parte de grandes empresas e industrias. Subraya que estas deben operar conforme a la ley para eliminar el mercado no regulado. La presidenta electa resalta que se debe respetar y fortalecer el artículo 27 de la Constitución Mexicana, que establece que la propiedad de las aguas corresponde a la Nación.
El plan hídrico incluye proyectos que utilizan grandes volúmenes de agua tratada generada en las ciudades, la cual se destinará al riego y a la minería. Esto permitiría que el agua de primer uso se dirija a las presas que abastecen a la población.
Regiones como Baja California, la Zona Metropolitana del Valle de México, Querétaro, El Bajío y áreas fronterizas con Estados Unidos que utilizan agua del río Bravo son ejemplos de donde podría aplicarse el agua residual. Para esto, es necesario incrementar la capacidad de tratamiento de aguas municipales.
Distribución equitativa y mejora de infraestructura
Otro eje del plan hídrico es la distribución. Aunque México es rico en agua, su distribución no es equitativa. El sur del país tiene abundancia, mientras que el centro y norte sufre escasez debido a la sequía, afectando las zonas de mayor desarrollo económico.
Para solucionar lo anterior, se propone el mantenimiento y ampliación de infraestructuras de acueductos y presas en varias regiones del país, centrándose en lugares como Tampico, Altamira, Madero, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Zacatecas, Chihuahua y Ciudad Victoria.
Desalinización del agua
El eje final de su plan incluye asegurar la tecnología necesaria para la desalinización del agua de mar en ciudades de Baja California y Sonora, garantizando que las descargas de salmuera (solución con gran cantidad de sal, subproducto de la extracción de agua dulce del mar) no afecten los ecosistemas marinos.
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El plan integral de la presidenta electa tiene como objetivo enfrentar los desafíos hídricos del país. Ella asegura que en su gestión habrá reparto equitativo del agua para los mexicanos.
El documento 100 pasos para la transformación de Claudia Sheinbaum detalla estos y otros aspectos del plan hídrico que busca transformar la gestión del agua en México, adaptándose a las condiciones cambiantes y asegurando un futuro sostenible.
Fuente: 100 pasos para la transformación
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