José Refugio García Quintero
Doctorado en ciencias.
Facultad de Agronomía de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
- Las bacterias fitopatógenas juegan un papel muy relevante en el ciclo destructivo de los vegetales
En este artículo abordaremos dos de ellas: Xanthomonas campestris, causante de la mancha bacteriana del tomate y chile, y Clavibacter michiganensis, responsable del cáncer bacteriano.
⠀⠀⠀Xanthomonas campestris pv. vesicatoria se caracteriza por presentarse en todas las etapas de desarrollo de la planta (desde plántula a producción). En Sinaloa se presenta ciclo tras ciclo y llega a ocasionar pérdidas considerables en los cultivos de tomate y chile.
⠀⠀⠀Clavibacter michiganensis subsp. michiganensis causó pérdidas estimadas en 40 millones de dólares en Sinaloa en el ciclo 2006-2007. Esto corresponde al siniestro de 200 hectáreas de siembras en invernaderos, en los cuales se utilizó planta injertada con el patrón Multifort, proveniente de Tuxpan, Michoacán.
Mancha bacteriana del tomate y chile
La enfermedad bacteriana de mayor frecuencia en Centroamérica y el Caribe desde 1912 es la causada por Xanthomonas campestris pv. vesicatoria (Doidge) Dye. Este problema fitosanitario aparece después del trasplante, aunque en ocasiones se observan daños foliares en invernadero, almácigo o semillero. La enfermedad se generaliza e intensifica, especialmente bajo lluvias continuas acompañadas por vientos fuertes.
⠀⠀⠀En América Central se registran epifitias severas en chile en los meses más lluviosos. Los principales daños de la enfermedad son la excesiva defoliación y el manchado en los frutos, que afecta su calidad comercial. Con esta enfermedad se asocian otros problemas, como las quemaduras del sol en los frutos y su pudrición, debida a organismos secundarios, que penetran por las lesiones que causa la bacteria.
⠀⠀⠀La enfermedad reduce el crecimiento de la planta, la producción y calidad de la fruta. Las lesiones son a veces difíciles de distinguir de otras manchas foliares causadas por bacterias patogénicas o desórdenes fisiológicos. Debe tenerse mucho cuidado con el aislamiento de bacterias saprofíticas que pueden enmascarar el patógeno real.
El artículo completo está disponible en el número 7, páginas 7-9, de su revista Agro Excelencia.
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